De vuelta al futuro: Plásticos frente al COVID-19

LOS PLÁSTICOS CONTRA EL VIRUS

Jorge Chahin, presidente de la OFECP
Jorge Chahin, presidente de la OFECP

Para los grupos “verdes”, que sueñan con una «economía circular» libre de desperdicios, ha sido bastante difícil aceptar que las bolsas reutilizables prohibidas en muchas ciudades del mundo ahora deben regresar para evitar contagios en medio de la pandemia. 

Otro golpe de esta pandemia de COVID-19, es el cierre de los programas de reciclaje en varias ciudades de todo el mundo y particularmente en Estados Unidos, donde, al menos en 30 estados, se han suspendido o reducido los programas locales de recolección y se han cerrado los centros de acopio.

Es un hecho que estos programas resultan ser más caros que enviar basura a un tiradero, no obstante, han persistido debido a que suelen ser muy atractivos políticamente para los votantes que creen en los beneficios ambientales del reciclaje.

Por desgracia, se ha evidenciado la realidad de la industria del reciclado: es una carga financiera para las ciudades que enfrentan un déficit en los ingresos tributarios; además, los trabajadores que manejan los desechos viven con un alto riesgo de contagio ya que no existe un control adecuado de los productos infectados por el virus.

En estos momentos, sin embargo, se han hecho palpables las realidades más oscuras del reciclaje. Ya no son sólo una carga financiera para las ciudades que, de repente enfrentan un déficit en los ingresos tributarios, sino que los programas de reciclaje demandan que los trabajadores manipulen botellas, contenedores de alimentos y otros artículos utilizados, los cuales pueden estar infectados por el virus.

Jorge Chahin, presidente de la OFECP (Organización en Favor de la Economía Circular del Plástico), explica que el virus representa un riesgo grave para el personal encargado de recoger, manejar y separar la basura en México. Advierte que el Gobierno de la Ciudad de México no está informando sobre la correcta separación de los desechos en los hogares para distinguir residuos orgánicos, inorgánicos, inorgánicos no reciclables e infecciosos. 

Estamos en una crisis tremenda y, aunque las autoridades lo saben, no han hecho nada; el 15 de enero se lo dijimos a la doctora Claudia Sheinbaum en el Canal 6, y ella instruyó que fuéramos directamente a la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema)”.

Como relata Jorge Chahin, se habló con Marina Robles, titular de la Sedema, y con Lilian Guigue, directora General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema, sobre las infecciones que surgirían en el país, y no solamente debidas al coronavirus, sino a la salmonella, la tifoidea y otras que únicamente los artículos de plástico bien utilizados nos protegen de ellas.

Como destaca el representante de la OFECP, la utilidad del plástico frente al COVID-19 y otras enfermedades se ha monitoreado en California, China y en todos los lugares del globo. 

La «tela» de los cubrebocas en realidad es Polipropileno

Les dijimos que los hospitales, las farmacias y los laboratorios no se darían abasto; personalmente les entregamos los documentos para estimular una buena gestión de la basura y separarla en tres grupos de desechos: inorgánicos, orgánicos e inorgánicos no reciclables e infecciosos; todos los residuos infecciosos tienen que ir sellados en una bolsa de plástico y cuidar a los pepenadores o recolectores de basura. ¿Qué es lo que quieren? ¿Qué intereses tienen para no hacerlo?

Otro de los temas álgidos es la exposición al virus en mercados, supermercados y en todo lugar donde se prohíbe el uso de bolsas de camiseta y se fomenta el uso de bolsas reutilizables o de papel, las cuales contienen a los gérmenes y propagan el virus, además de que contaminan más.

Hemos explicado que, si no es mediante las bolsas de Polietileno, no hay manera de mantener los virus y bacterias a raya; en Estados Unidos y en Europa ya es obligatorio usar bolsas de plástico; hay que recordar también que gracias al plástico podemos conservar los alimentos por más tiempo”.

La Organización en Favor de la Economía Circular del Plástico, comenta Jorge Chahin, se fundó el 2 de enero del 2020 a raíz de las prohibiciones que el Gobierno de la Ciudad de México implementó sin bases técnicas ni científicas, sin un análisis de ciclo de vida y sin escuchar a la Industria del Plástico, que es la que sabe.  

En México la industria ofrece al mercado bolsas reutilizables, biodegradables y compostables, pero resulta que sólo hay 11 plantas de composta y están obsoletas, por lo que las bolsas compostables no servirían en nuestro caso”.

A propósito de este punto, informó que las autoridades siguen el ejemplo de países de primer mundo, como Alemania, Suecia, Dinamarca…, que reciclan sus residuos en un 99%, pero también acusó que el Gobierno de la Ciudad de México –el actual y los anteriores– no han invertido en el tema. 

Entre el Polietileno y todo el plástico somos alrededor de 4 mil 107 empresas, y entre todas representamos arriba del 3% del PIB (Producto Interno Bruto) nacional; generamos 1.2 millones de empleos directos y de 7 a 8 millones de empleos indirectos. Únicamente la planta de Braskem-Idesa tiene 180 mil empleados”. 

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