Los fabricantes europeos de plásticos reciclados enfrentan una de las mayores crisis de las últimas décadas. Plantas cerradas, producción en declive y una competencia desigual con importaciones de bajo costo están redefiniendo el panorama de la industria en la Unión Europea (UE). Según cifras publicadas por Plastics Europe el 18 de noviembre, la producción de plásticos reciclados en Europa cayó un 8,3 % en 2023, marcando un retroceso significativo en un sector clave para la economía regional.
Un panorama complicado para el reciclaje
Además del declive en la producción, el reciclaje mecánico de plásticos, el método predominante en Europa, sufrió su primera disminución desde 2018 debido a una caída en la demanda. Esta situación alarma a los expertos, ya que pone en riesgo los avances logrados en sostenibilidad y economía circular. Según Plastics Recyclers Europe, esta tendencia está llevando a numerosas empresas recicladoras a la quiebra.
Virginia Janssens, directora general de Plastics Europe, describió la caída como «más profunda de lo esperado», destacando preocupaciones sobre la desindustrialización en Europa y su dependencia creciente de importaciones menos sostenibles.
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Europa frente al mundo: una competencia desigual
Mientras la producción europea decae, el resto del mundo muestra un panorama diferente. En 2023, la producción global de plásticos creció un 3,4 %, impulsada principalmente por países como China y Estados Unidos. China, por sí sola, representó el 60 % de los incrementos de capacidad petroquímica del año, según S&P Global.
Esta competencia global ha reducido drásticamente la participación europea en el mercado mundial, que pasó del 28 % en 2006 al 12 % en 2022. Además, las estrictas regulaciones climáticas de la UE, combinadas con precios de energía elevados y costos de producción más bajos en el extranjero, están frenando el crecimiento y la competitividad del sector europeo.
Empresas en retirada y advertencias de la industria
Grandes nombres de la industria, como ExxonMobil, Sabic y LyondellBasell, han anunciado cierres o revisiones de plantas petroquímicas en Europa. Rob Ingram, director ejecutivo de Ineos Olefins, calificó las regulaciones europeas como una «herida autoinfligida», advirtiendo que sin nuevas inversiones, será imposible financiar la transición hacia una producción más sostenible.
«Si todos cierran sus negocios y se trasladan a otras regiones, Europa no tendrá una transición verde», señaló Ingram, subrayando que la fabricación de plásticos fuera del continente podría generar mayores impactos ambientales debido a controles menos estrictos.
¿Un futuro sostenible en riesgo?
La industria pide acciones urgentes. Janssens destacó la necesidad de metas claras para el contenido reciclado en sectores clave como el empaque y los vehículos eléctricos. Además, solicitó medidas fiscales y económicas para fomentar la inversión en plásticos circulares y revertir la tendencia negativa.
Con el riesgo de que Europa pierda su liderazgo en sostenibilidad y tecnología plástica, la pregunta clave es si las políticas actuales pueden equilibrar los objetivos climáticos con la competitividad global. Sin un cambio estructural, Europa podría enfrentar un futuro dependiente de importaciones, alejándose cada vez más de sus metas de sostenibilidad.