El plástico ha sido uno de los mayores héroes en la primera lucha contra el COVID-19, pero a casi un año de haber estallado la pandemia, muchos médicos siguen quejándose por la falta de equipos de protección sostenible (EPP, por sus siglas en inglés). Con esto en mente, la diseñadora Alice Potts creó una máscara de bioplástico hecha con residuos de alimentos.
La reconocida diseñadora creó toda una colección de protectores faciales de bioplástico para la exposición Triennial de NGV en Australia. Para la fabricación de este EPP, Potts combinó desechos de alimentos con flores. El resultado es un equipo de protección que, a diferencia de otros artículos de EPP (normalmente hechos con plásticos de un solo uso), es biodegradable y ha sido fabricado a partir de desechos orgánicos.
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Bioplástico e impresión 3D
Bautizadas como Dance Biodegradable Personal Protective Equipment (DBPPE), la nueva máscara de bioplástico tiene una sección superior impresa en 3D, combinada con un escudo biodegradable y bioplástico. El color y la estructura exacta de cada escudo varían con la comida y las flores con las que están hechos y teñidos.
«El desperdicio de comida es la base, y el tipo de color depende del tipo de desperdicio que se tira. Normalmente lo recojo de los mercados de alimentos locales, las carnicerías y los hogares», señaló Potts a Dezeen.
«La mayoría de las verduras se pueden convertir en tintes con frutas que actúan como un azúcar natural para la flexibilidad en el bioplástico, mientras que las proteínas se pueden utilizar para dar fuerza al plástico en sí», continuó.
La diseñadora creó 20 máscaras para la Triennial de NGV en 2020, pero varios medios y expertos consideran que el novedoso artículo podría ser creado por diversas compañías como un recurso en la lucha contra los desperdicios contaminantes.