Ubicada en Werne, Alemania, RCS recicla desde hace más de cuatro décadas bajo tres ejes fundamentales: eliminación de residuos, reciclaje de materias primas y de plástico.
El Grupo recicla botellas de PET (Polietilén Tereftalato) postconsumo, con las que fabrica escamas de plástico destinadas a diversas aplicaciones y regranulado para la industria Alimentaria.
En su planta de clasificación, se separa el PET claro del de color (materia prima que suele constituir el 85% del material de entrada; el 15% restante lo conforman películas, latas de aluminio y materiales férricos, entre otros).
Con una capacidad de siete toneladas por hora, la planta funciona con un sistema de producción continua.
Pureza de las escamas
La pureza de las escamas es vital para garantizar la calidad de las distintas aplicaciones de plástico: desde fibras de plástico a film, hasta cinta de embalaje y productos para la industria Alimentaria.
Por ejemplo, en RCS, se analiza la humedad residual de los Big Bag que salen de la planta, así como la densidad aparente, los colores incorrectos y contaminantes, además de la distribución del tamaño de grano y restos de adhesivo.
Modernización en la industria del Reciclaje
Desde hace años, RCS confía en STADLER, empresa dedicada a la planificación, producción y montaje de sistemas de clasificación y componentes para el sector de recogida de residuos y reciclaje.
En 2005, refiere Gerd Francke, director general adjunto de RCS, la compañía ya contaba con un separador balístico de STADLER, y en 2014, debido a la buena experiencia con dicha tecnología, se optó por adquirir otro más.
Unos años más tarde, en 2017, se modernizó toda la planta.
De acuerdo con Alexander Rimmer, director general adjunto de RCS, STADLER ofrecía todo lo que la firma necesitaba: desde la planificación del proyecto, hasta la construcción y modernización de la planta.
Cabe destacar que las ventajas más importantes, coinciden los directivos, fueron la obtención de una mejora triple en la cantidad, calidad y rentabilidad, además de que simplificaron los procesos para los trabajadores.
El desetiquetado en la industria del Reciclaje
De manera constante, los embalajes empleados por los fabricantes evolucionan. Tal es el caso de las botellas de PET que, con más frecuencia, incorporan un envoltorio de plástico o etiqueta.
A decir de Alexander Rimmer, ante un escenario como este surge una nueva necesidad: “separar etiquetas y botellas de PET antes de llevar a cabo el proceso de clasificación”.
Es, bajo este contexto, que cobra relevancia la nueva desetiquetadora STADLER, con la que se extraen las etiquetas de manera eficaz. Esta solución, comparada con otras –explica–, asegura una menor abrasión en las botellas de PET.
Lanzada al mercado en 2019, elimina las etiquetas de todo tipo de botellas y logra una calidad homogénea de hasta el 80% en todos los casos.
De forma adicional, procesa flujos enormes de hasta nueve toneladas por hora, según el tamaño de las partículas y la composición del material.
También destaca por su robusta construcción y su resistencia a las impurezas en el flujo de material.