Un consorcio de empresas de alto perfil, entre las que destacan Coles y Nestlé, planea construir la primera planta de reciclaje de plásticos blandos, en la que envoltorios de barras de chocolate y otros envases problemáticos se podrían convertir en nuevos envoltorios aptos para alimentos.
Esta primera planta de reciclaje de plásticos blandos «circular» se construirá en Victoria (Australia), y el consorcio se está preparando para poner en marcha el proyecto en los próximos meses.
Cabe destacar que los beneficios técnicos, económicos y ambientales de una planta de este tipo se están evaluando como parte de un estudio de viabilidad realizado por Coles y Nestlé en asociación con un grupo de multinacionales y empresas de tecnología locales, incluido el fabricante holandés de envases LyondellBasell, la startup Licella y la empresa de reciclaje iQ Renew.
Por lo pronto, el grupo ya seleccionó un área en Geelong adecuada para construir la planta, que sería capaz de producir 17.000 toneladas de plástico blando cada año, suficiente para abastecer entre 1,5 y 2 millones de hogares.
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Reciclaje de plásticos blandos impulsaría la economía circular
Se estima que la construcción de la primera planta de reciclaje de plásticos blandos generaría alrededor de 110 puestos de trabajo a través de la construcción y el funcionamiento continuo de la planta, pero el consorcio tiene la esperanza de que la planta inicial sea solo la primera de muchas.
«En Australia, estamos analizando potencialmente 20 de estas plantas, pero nuestro enfoque inicialmente está en Victoria», explicó el director ejecutivo de Licella, Len Humphreys. «Nuestro objetivo es trabajar con Coles en todo el país para cerrar este ciclo de una manera que nunca antes se había hecho».
El reciclaje de plásticos blandos tradicionalmente ha sido sumamente difícil. Coles ya tiene un programa de reciclaje de plásticos blandos con RedCycle, sin embargo, solo puede convertir los plásticos en materiales no seguros para los alimentos, como bancos de parques o bases de carreteras.
Con la nueva planta, se podrían tomar plásticos blandos, como envoltorios de barras de chocolate o bolsas de chips, y reciclarlos en un aceite que luego se podrá usar para crear nuevos envoltorios de plástico blando que sean seguros para los alimentos.