Chlorophyll Water concluyó con éxito la transición a botellas fabricadas con 100% de rPET con tecnología CleanFlake.
La compañía es la primera embotelladora de agua de Estados Unidos que ha superado los estrictos requisitos de certificación del Clean Label Project. Estas botellas 100% rPET se fabrican a partir de Tereftalato de Polietileno (PET) reciclado de calidad alimentaria.
El proceso de reciclaje del plástico se lleva a cabo siguiendo las tecnologías aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para garantizar la obtención de un material reciclado de grado alimentario. Este material reciclado se emplea en la fabricación de nuevas botellas de PET, contribuyendo así a la reducción de la demanda de plástico virgen necesario para la producción de dichas botellas de PET.
“Como marca, Chlorophyll Water está comprometida con la sostenibilidad y la aplicación de nuevas ideas y tecnologías que puedan mejorar el impacto que los envases tienen en nuestro medio ambiente”, explicó el fundador Matt Levine, “al utilizar botellas fabricadas con plástico 100% reciclado, nuestra intención es tener un impacto medioambiental significativo, abordando el reto de los residuos plásticos, minimizando nuestro uso de envases vírgenes basados en combustibles fósiles”.
También lee: STADLER finaliza la planta de clasificación de E-Waste más grande en Suiza
Los beneficios del rPET
La transición al rPET no sólo reduce los residuos plásticos, sino que también puede disminuir las emisiones de CO2 en el proceso, ya que algunos estudios demuestran que el rPET puede dar lugar a una reducción de hasta el 79% de las emisiones de carbono en comparación con el material nuevo.
Chlorophyll Water utiliza la tecnología CleanFlake de Avery Dennison para mejorar el reciclaje de sus botellas de plástico 100% reciclado. Esta tecnología de etiquetado se basa en un adhesivo de base acuosa que se separa completamente del PET durante el lavado cáustico del proceso de reciclaje. Esto asegura que no haya residuos de adhesivo en el plástico, permitiendo obtener hojuelas de PET reciclado limpios y de alta calidad. Gracias a CleanFlake, las etiquetas de Chlorophyll Water se separan fácilmente durante el reciclaje, mejorando así el rendimiento de las escamas de PET puro.
Además de su envase, Chlorophyll Water se convirtió recientemente en la primera agua embotellada de Estados Unidos en recibir la certificación Clean Label Project. Esta certificación se otorga después de pruebas independientes de más de 90 posibles contaminantes medioambientales industriales. Esto destaca el cuidadoso proceso de purificación, el compromiso con ingredientes de alta calidad y la fuente de agua de manantial de montaña de Chlorophyll Water.
“Los consumidores están cada vez más preocupados por las bebidas que introducen en su organismo y por los alimentos que se proporcionan a sí mismos y a sus familias”, afirma Jaclyn Bowen MPH, ingeniera de sistemas de calidad y seguridad alimentaria MS y directora ejecutiva de Clean Label Project. “Ser la primera agua embotellada del Clean Label Project en Estados Unidos en recibir la certificación demuestra el compromiso de Chlorophyll Water con la calidad de los ingredientes y sus estándares de purificación”.
