Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge desarrolló una celda solar capaz de transforma CO2 y desechos plásticos en combustibles sostenibles y otros productos químicos valiosos.
¿Como funciona?
El dispositivo se divide en dos compartimentos. Uno filtra el aire a través de una solución alcalina que atrapa el CO2 y luego lo convierte en gas de síntesis, un combustible que generalmente se usa para producir amoníaco o metanol. En el otro, una solución derivada de residuos de plástico PET se convierte en ácido glicólico, un químico que se usa comúnmente en cosméticos.
“Ha habido un gran avance en el desarrollo de tecnologías de captura y secuestro de carbono. Paralelamente, ha habido mucho desarrollo en los dispositivos de combustibles solares”, detalló Erwin Reisner, investigador de la Universidad de Cambridge citado por la revista New Scientist. “Esta es la primera vez que combina los dos”.
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Para que el CO2 se transforme en gas de síntesis, necesita ganar algunos electrones. Por lo general, esto se hace rompiendo las moléculas de agua, pero ese proceso consume mucha energía, explicó Reisner. En cambio, los dos compartimentos actúan como una batería, con el lado del CO2 como cátodo y el lado de plástico como el ánodo, transfiriendo electrones entre ellos.
Una alternativa a los combustibles fósiles
En el futuro, los investigadores esperan que esta tecnología ayude a erradicar por completo el uso de combustibles fósiles en la mayoría de las economías. “El proceso es completamente circular”, dice Reisner. “Capturamos CO2. Hacemos un combustible. Tú lo usas. Formas el CO2 de nuevo”.
Reisner también señala que esto demuestra que existe una alternativa a la captura de CO2 y su almacenamiento en lugares como depósitos subterráneos. “Lo bombeas en alguna parte, pero no sabemos las consecuencias a largo plazo. Ahora, le mostramos que realmente puede hacer productos útiles a partir de él”.