De acuerdo con José Antonio Centeno Reyes, director general de Biomédica Mexicana, los procesos de fabricación de la compañía integran diferentes tipos de plásticos, elastómeros y otros materiales muy cercanos como adhesivos base silicón.
“En la fabricación de las válvulas utilizamos cauchos, elastómeros y adhesivos de silicón, también incorporamos algunas piezas de Polipropileno clarificado; para el caso del catéter para embolectomía usamos Cloruro de Polivinilo (PVC) grado médico, Polipropileno y ABS. Todos los materiales de nuestros productos son grado médico o grado implante; para el caso de los empaques, nuestros blísteres son de PVC cristalino”.
Los plásticos grado implante están destinados a productos o a dispositivos médicos que van a permanecer dentro del cuerpo por más de 30 días, explica nuestro entrevistado.
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“Es necesario que los niveles de toxicidad sean muy bajos o inexistentes, que sean inertes, que además no generen reacciones; se debe evitar que el cuerpo los rechace o genere demasiadas adherencias al producto; las especificaciones nos la dan tanto la Farmacopea como las normas internacionales; estos productos son de importación, principalmente, de proveedores de Estados Unidos, porque en México no se producen materiales grado implante”.
Para hacer frente a los desafíos logísticos derivados de la pandemia, Biomédica Mexicana incrementó su volumen de almacenamiento de seis meses a un año, “y eso nos permitió no afectar nuestra programación de la producción, pero eventualmente esto acabó, la pandemia ha durado bastante y hemos tenido que recurrir a nuevas órdenes de compra y los tiempos sí han sido más lentos”.
Sin embargo, por tratarse de un nicho muy especializado el que atiende, la disponibilidad de las materias primas no ha representado graves problemas para la compañía, como sí ocurre con las empresas enfocadas a cubrir las necesidades médicas por COVID-19.
“Con la pandemia sí tuvimos afectación, principalmente porque las instituciones de salud tuvieron que volcarse hacia la atención de la pandemia, entonces tenemos muchas cirugías que han sido pospuestas, que no se están llevando a cabo, inclusive en muchos hospitales públicos que son los que más procedimientos de neurocirugía de alta especialidad realizan han reconvertido algunas zonas en áreas COVID”.
En cuanto a los ataques y prohibiciones en contra del plástico, José Antonio Centeno considera que esto ocurre por desconocimiento y, en el caso del sector médico, comenta que es un tema que se tiene que tratar de otra manera, puesto que las características de un solo uso en el sector salud no solamente es indispensable, sino reglamentariamente impuesta como obligación.
“No puedes estar pensando en reutilizar una jeringa, un catéter o un estilete de plástico, porque precisamente estarías yendo en contra de esto; aquí la naturaleza misma del insumo implica que tiene que ser descartable para garantizar la esterilidad”.
Agregó que es importante cuidar los ciclos del plástico en su uso, así como regular para no prohibir, y disponer los residuos correctamente al final de su vida útil a fin de incorporarlos nuevamente a la cadena de valor.
Biomédica Mexicana se fundó en el año de 1978 y fue concebida para contribuir con la sociedad mediante la producción de dispositivos médicos de alta calidad a precios muy accesibles. La compañía, 100% mexicana, se especializa en Neurocirugía, Angiología, Traumatología y Oftalmología.
Los principales productos que fabrica van desde válvulas para drenaje de líquido cefalorraquídeo, hasta equipos para drenar hematomas subdurales e higromas, reservorios para líquido cefalorraquídeo, catéteres para embolectomía y equipo para intubación lagrimal.