De acuerdo con Leticia Armenta, profesora investigadora del Tec de Monterrey, antes de sustituir los hidrocarburos por fuentes renovables de energía, en México se deben considerar dos puntos clave: 1) Altura y clima de la CDMX. Estos comprometen el uso del etanol como aditivo para la gasolina y 2) Encarecimiento de ciertos alimentos. Debido a la demanda del cultivo para la producción de biocombustible.
Como afirma la especialista, lo recomendable es impulsar el desarrollo de fuentes que no rivalicen con la alimentación humana a través de tecnología que permita aprovechar las condiciones orográficas y el uso de desechos orgánicos. “Tenemos que replantear el sistema energético para priorizar la generación eléctrica a través de fuentes limpias”, sentenció.