Consumo, adaptarse o morir
Los productos de consumo están en todas partes, desde utensilios para cocina, calzado, jarcería, muebles, decoraciones, juguetes, productos para deportes y ocio, además de las vajillas y productos desechables.
Mientras la economía se estaba deprimiendo por el encierro, la Industria del Plástico dedicada a atender este sector también lo resintió, salvo ciertas excepciones, como los contenedores y vajillas de un solo uso, que fueron la salvación para que los restaurantes no dejaran de vender.
Las empresas que reaccionaron a tiempo comenzaron a atender nuevas necesidades que demandaba el mercado. Por todas partes aparecieron caretas, cubrebocas, tapetes sanitizantes, mamparas y barreras, batas, mandiles…, entre otros muchos productos, todos elaborados con distintos tipos de plásticos: láminas, películas y piezas moldeadas.
La demanda de los distintos tipos de láminas de plástico de PET, PMMA y materiales similares, creció como nunca y, por supuesto, sus precios aumentaron porque no había suficiente producto para cubrir esas nuevas necesidades. Para mantenerse al día con los pedidos, que llegaron desde restaurantes, bancos y tiendas, las empresas tuvieron que trabajar horas extras.
En relación con este tema, platicamos con Francisco Xavier Lebrija, Advisor – M. Holland International at M. Holland Company (empresa que, por cierto, felicitamos porque cumplieron cinco años de la firma de convenio entre Grupo Solquim, de la familia Lebrija, y M. Holland Company, de la familia Holland, el pasado 31 de julio); “han sido cinco años muy interesantes, respaldados por la experiencia de 50 años de Grupo Solquim y los 70 años de M. Holland Company”.
Cabe señalar que este proyecto conjunto ha tenido un crecimiento importante, puesto que se duplicó la presencia de la compañía en el mercado mexicano, al tiempo que expande fuertemente sus fronteras.
“Hoy en día –asegura Francisco Xavier Lebrija–, vendemos en 52 países, incluido México, nuestro mercado más importante fuera de Estados Unidos”.
A decir del directivo, el mercado ha experimentado todo tipo de situaciones en estos cinco años; “de 2017 a 2019, se registró, por ejemplo, una sobreoferta terrible de materiales, en donde los precios se fueron al piso”.
La Industria del Plástico ha padecido diferentes afectaciones, pero algunas han sido positivas, pues –apunta–: “el plástico demostró en los últimos meses ser uno de los materiales con que se puede cuidar la salud, proteger alimentos, envasar geles y alcoholes, además de los productos sanitarios que se utilizan para mitigar la propagación del COVID-19”.
“Hay segmentos de retail (citando la industria de Juguetes) que tiene implicaciones importantes, pero, en términos generales, a pesar de la contingencia sanitaria que estamos viviendo, el balance para la Industria del Plástico sigue siendo positiva”.
Adicionalmente, explica que las empresas que buscan crecer y tener presencia en el mercado, hoy más que nunca, necesitan estar conectadas y contar con fuentes de abasto sólidas, así como explotar las ventajas regionales y trascender las fronteras.
“En la parte internacional, para todas las aplicaciones: extrusión, soplado, rotomoldeo…, manejamos, en su mayoría, Polietileno (PE). Sin embargo, desde el año antepasado comenzamos a desarrollar algunas líneas nuevas de resina de ingeniería, con las que atendemos el mercado automotriz, eléctrico, de cables…”.
Con relación a la Nueva Normalidad, explica que los productores, más que los distribuidores de materias primas tendrán que ajustar sus procesos para atender las necesidades del consumidor que empieza a salir menos, y a comprar más, mediante plataformas digitales.