Antes de la crisis del coronavirus, las tres principales preocupaciones eran los precios de venta, el volumen de ventas y los costos de materias primas. Sin embargo, sólo el volumen de ventas ha sobrevivido en este nivel durante la crisis, pasando a la primera posición (75%). Ahora, la segunda y tercera preocupación principal son la capacidad de entrega de los proveedores (55%) y la logística (49%), lo que pone de relieve los efectos que los cierres, los controles fronterizos y otros problemas han tenido en las empresas de plásticos.
Los artículos plásticos de un solo uso, las máscaras médicas y algunos envases de alimentos se utilizan ahora como elementos «esenciales» y se valoran por sus funciones en la prevención de la propagación del coronavirus.
Más de la mitad de los participantes en la encuesta informan que la pandemia de COVID-19 está afectando positivamente a la imagen pública de los plásticos, mientras que casi el 40% dice que no hay impacto. Sólo el 6% ve la imagen de los plásticos empeorando como resultado de la pandemia.
Envases plásticos, un impulso inesperado
En medio de la crisis de COVID-19 y la inminente recesión económica, se espera que el mercado de Envases Plásticos en todo el mundo crezca a más del 5% este año. En México, es muy probable que sucederá lo mismo.
Los envases rígidos, incluidas botellas de PET y HDPE, tapas y cajas alcanzaron repuntes importantes. Basta con percatarnos del aumento en ventas que tuvieron para envasar geles antibacteriales, alcohol y otros productos de limpieza.
De igual forma, los envases flexibles mostraron picos de consumo motivados por las compras de pánico. Los productores de películas para envolturas de alimentos perecederos y productos higiénicos, como el papel, no se daban abasto para surtir la demanda que se generó en los meses de marzo y abril de este año.
Si ya de por sí el estilo moderno de vida y los horarios agitados impulsaban el crecimiento del mercado de envases, la pandemia detonó un mayor consumo, a pesar de las polémicas e inquietudes sobre la gestión de los residuos de plásticos.
Por otro lado, existe una constante necesidad de los sectores de bienes de consumo de movimiento rápido (FMCG del inglés fast moving consumer goods) de mejorar los envases en términos de requisitos de conservación, mayor vida útil, mejor estética, variedades en formas y tamaños para satisfacer diferentes tamaños de envases. Esto ha propiciado un alto grado de complejidad de los materiales de envase, lo que puede impedir que sean reciclables.
Ante esta problemática se han adoptado diversas iniciativas por parte de los productores de envases y dueños de marcas para abordar la cuestión de los residuos y encontrar alternativas sostenibles. Muchas empresas están desarrollando activamente metas y estrategias ambiciosas, y están adoptando un enfoque de economía circular. Aunque, cabe mencionar, que algunas empresas lo han hecho ya por décadas.
Un ejemplo es el caso de Natura México. Griscelda Ramos, directora de Sustentabilidad de esta firma, en entrevista para AP, comentó, que, para ellos, la economía circular es un tema importante desde hace 30 años.
Natura es una empresa brasileña con presencia global, por lo que el 90% de sus productos y envases se producen en Brasil. Sin embargo, con la reciente adquisición de Avon, la producción local se vuelve importante, y están abiertos a conocer nuevos proveedores en México.
Griscelda Ramos, comentó que, a principios de este año, la firma anunció su “Compromiso con la vida”, un plan integral de sustentabilidad basado en tres puntos clave: 1) enfrentar la crisis climática para proteger la Amazonia; 2) defender los derechos humanos o cómo ser más humanos, y 3) abrazar la circularidad y la regeneración. “Queremos reducir 20% más el material del envase que empleamos, también, que el 50% de todo el plástico que usemos sea reciclado post-consumo, y que el 100% de todo el material del embalaje que utilicemos tenga una de estas tres características: reutilizable, reciclable o que pueda ser compostable”. Como ejemplo exhiben varios productos con envases reutilizables y envases simples, muy ligeros, como repuestos.
“A largo plazo vamos a empezar a buscar sinergias de producción local, de empaques y de fórmulas también. La producción local nos ayuda a disminuir emisiones de carbono, a incrementar la circularidad de la economía en México, y a trabajar con proveedores nacionales”.
Como último punto, la entrevistada asegura que no es algo complicado ser proveedor de Natura, aunque sí hay que cumplir con ciertos requerimientos como un código de ética, productos libres de trabajo infantil y de trabajo forzado y estar alineado a la ley ambiental.