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Artículo de portada. Elastómeros Termoplásticos (TPE)

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Productos Termoplásticos
Productos Termoplásticos nació en 1987, en León, Guanajuato, como resultado de la necesidad de materias primas adecuadas para abastecer al sector del calzado, que es el producto característico de esta región. Por entonces, no se tenían suficientes materiales para la fabricación de suelas.

La firma inició la producción de compuestos de Policloruro de Vinilo (PVC) con una pequeña máquina y una mezcladora. En ese tiempo debían enfrentar a grandes competidores, así que se dieron a la tarea de buscar nuevas oportunidades. De ese modo lograron desarrollar un material que conservaba las características del hule (o caucho) empleado en las suelas.

Al mismo tiempo, pudieron inyectar en equipos convencionales de inyección. “Competir contra el hule vulcanizado, un material que se transformaba en gran medida en esta región, no parecía ser una tarea fácil. No obstante, debido a la dificultad de su proceso, se producían grandes cantidades de desperdicios que no podían reciclarse, porque las prensas no eran precisas y generaban mucha rebaba”, explica Jesús Aguilera, director de operaciones de la empresa.
Gracias a que Dynasol comenzó en México la producción de los copolímeros en bloque Estireno- Butadieno-Estireno, en color blanco (para la fabricación de una suela de tenis), Productos Termoplásticos comenzó a desarrollar varias formulaciones para adaptarlas a las necesidades del mercado mexicano.

Con el TPE, la firma se integró a la producción de suelas, ya que los productores de las mismas estaban casados con los compuestos de PVC o con las suelas de hule vulcanizado. No obstante, recuerda Aguilera “después de mucha perseverancia, los clientes notaron finalmente los beneficios del material y empezaron a solicitar la materia prima, y no las suelas, por lo que compramos maquinaria más grande para fabricar compuestos de TR” (forma coloquial utilizada en el mercado para denominar a los TPE).

El día de hoy, Productos Termoplásticos se especializa en la producción de compuestos de TPE en distintos colores (dejando a otras compañías los de color negro). Durante el invierno, la mayoría del calzado es negro o café, por ese motivo la empresa tuvo que compensar su baja en ventas de compuestos de color con otras aplicaciones; por ejemplo, en la fabricación de las juntas de las ventanas para el sector de la construcción en zonas con bajas temperaturas, como Estados Unidos, desarrollaron una línea de especialidades de TPE; la fabricación de la válvula de las pelotas inflables, que no se puede hacer de otro material que no sea un TPE, los sellos de sanitarios y en otras aplicaciones -que no son muy conocidas-, como los cepillos para desplumar pollos.

Ahora, la firma incursiona en la industria automotriz y ha comenzado a trabajar en algunos compuestos con contenido de materias primas renovables. Hace poco, esta empresa se asoció con el grupo de Dispersiones Plásticas, lo que les permitió encausar los mayores desarrollos potenciales. El nombre de esta nueva alianza es

Corporación de Compuestos Termoplásticos.

“Aunque las compañías trasnacionales han buscado comprarnos para trabajar en conjunto, nuestro mayor orgullo es que somos de León, y mexicanos, de ahí nuestra preferencia por asociarnos con Dispersiones Plásticas, otra empresa nacional con la que, en conjunto, estamos poniendo el nombre de nuestro país en alto. Con ayuda de su tecnología, sus laboratorios, su gente y nuestras ideas, vamos a despegar y a lograr que esta industria sea una de las primeras de México. Vamos a adentrarnos aún más en el sector automotriz”.

Por otro lado, el entrevistado explicó que para crecer es necesario contar con una certificación, e ir de la mano con los estándares de calidad que imponen los clientes, ya sean del sector calzado o del automotriz, que si bien se sabe que es muy exigente. “Trabajar con clientes que producen partes de automóviles nos ha servido para modificar muchos hábitos que teníamos en la empresa”.

Al igual que otros entrevistados, Aguilera vislumbra que el crecimiento de los TPE llegará en la medida en que los proveedores locales logren abastecer a la industria automotriz, y piensa, en lo particular, que las armadoras demandarán productos renovables.

Portillo y Asociados (PYASA)
Con la tecnología de producción que tiene, Portillo y Asociados es una empresa joven, pero muestra ya una visión de futuro muy amplia. La firma nació hace apenas 10 años, en el año 2005. Primero se dedicó a reciclar desperdicios de resina K (copolímero en Bloque de Estireno Butadieno Estireno, producido por Phillips), el cual obtenían de diversos productos médicos que desechaban de Estados Unidos. Después, emprendió en la fabricación de compuestos de Policloruro de Vinilo (PVC), y cuando este material empezó a ser atacado, debido a que se creía que era dañino, incursionaron en el sector de TPE (o TR, como lo llaman entre ellos).

De acuerdo con Juan Manuel Portillo Pérez, Director General de esta empresa, la idea de sustituir a los compuestos de PVC por los de TPE en la producción de calzado, surgió primero en Europa, pero pronto se difundió por doquier.
Hoy en día, PYASA atiende sobre todo al sector del calzado, aunque también participa, pero en menor medida, en el automotriz y en la fabricación de llantas para sillas de ruedas. Para estos mercados, tuvieron que desarrollar una línea de productos que se adaptara a las necesidades del cliente. La firma cuenta con un laboratorio donde desarrollan sin pausa productos nuevos; han creado materiales que ya cuentan con patente y ya se encuentran trabajando en su mejora.

En México, consumimos más de 200 millones de pares de zapatos al año, de los cuales, China exportaba más de 100 millones, situación que afectaba a toda la cadena de suministros.

Por fortuna, tanto el gobierno, como las asociaciones, lograron frenar esta situación. Por eso, Portillo augura que este año “será bueno”. Esto mismo obliga a los proveedores de materias primas a cubrir las especificaciones que exige el sector de calzado, de manera tal que todos los productos se evalúen en su laboratorio donde se mide dureza, resistencia a la abrasión y a la flexión, entre otras propiedades.
Las empresas mexicanas que han sobrevivido ante los embates de las extranjeras son las que invierten en muy buena tecnología. “Por fortuna, en lo local hemos sabido enfrentar a la competencia porque adquirimos maquinaria nueva de excelente tecnología, sabemos de desarrollo de productos nuevos, ofrecemos productos de calidad, buenos precios y mano de obra calificada”.

El orgullo que sustenta a PYASA es: “compramos en México y vendemos en México. Nuestra marca dice ‘Hecho en México, bien hecho’”.

Aunque no ha sido difícil, PYASA está tratando ahora de incursionar en otros mercados: “Nos estamos organizando para avanzar con pasos firmes”. Ahora, la marca PYASA, que es reconocida a nivel nacional, cambia a Mexiprene.

“Sabemos también que se han desarrollado muchos materiales nuevos, y nosotros debemos estar al día para poder competir. Hay mucho campo de acción en muchos mercados por desarrollar”. Hoy en día, PYASA crece a un ritmo del 20% por año.

Especialidades Industriales y Químicas, S. A. de C. V. (EIQSA)

EIQSA es una empresa 100% mexicana, fundada en 1954. Desde sus inicios los dirigentes han buscado la vanguardia tecnológica en la fabricación de diferentes Compuestos y Aditivos, entre ellos los Elastómeros Termoplásticos.

Moisés Berman, gerente técnico de esta empresa compartió a la revista Ambiente Plástico que EIQSA comenzó a elaborar las primeras pruebas de compuestos de hule termoplástico en 1998; “por dos principales razones: la primera, porque en aquel entonces el PVC recibía muchos ataques por contener cloro —incluso se hablaba de su posible prohibición, cosa que aún no ha sucedido—; la segunda, por las exigencias de sus clientes, que buscaban cambiar sus productos tradicionales por otros nuevos.

En un inicio, desarrollaron TPE para la industria del calzado con base en SBS, polímero que les permitió agregar distintos aditivos para conseguir las fórmulas adecuados para la suelas.

De 1998 a la fecha, la evolución del sector de TPE ha sido enorme, no obstante, EIQSA se ha mantenido al margen, ya que se enfoca, más bien, en compuestos tradicionales de PVC, sobre todo por razones de precio, ya que los TPE son más caros y a los clientes muchas veces sólo les importa el precio.

“Atendemos el mercado con ciertas especialidades que se emplean para la fabricación de goggles, ligas y gomas, y también algunos mangos para herramientas, donde realmente se justifica el precio de los compuestos de TPE”, asegura Berman.

EIQSA utiliza TPE como modificadores de impacto en los compuestos de Polipropileno (PP), que también produce porque mejora sustancialmente el impacto.

En palabras de Berman: “lo que hoy nos representa un gran reto es poder mantener una comunicación realmente efectiva con el cliente, para poder trabajar en conjunto y cumplir con sus especificaciones. Si los clientes nos dan la oportunidad de ser sus proveedores, podemos desarrollar sus materias primas acorde a sus necesidades”.

“Sin lugar a dudas, el mercado para los Elastómeros Termoplásticos es muy grande, donde sea que se requiera una pieza de hule flexible éstos podrán satisfacer dicha necesidad. Hace años Dynasol no ponía mucho énfasis en su mercado de TPE; en cambio ahora representa un sector importante dentro de su empresa”, concluye.

United Soft Plastics (USP)
USP es una empresa que se localiza en Atlanta, Georgia, y que nació hace 10 años. En lo que atañe al mercado de TPE, a nivel mundial, es una firma bastante joven; sin embargo, es muy competitiva. Hoy, a pesar de que cuentan con una sola planta, con capacidad de producción de 7 mil toneladas anuales, atiende el mercado de Estados Unidos, Canadá, México, Sudamérica, Europa y Asia.

USP se especializa en el desarrollo y fabricación de TPS, divididos en cuatro familias de productos diferentes: estándar, de adhesión, desempeño especial y grados personalizados, además de una línea de color masterbatch.
Para Tomás Nowinski, el éxito de USP se debe a su enfoque en las necesidades de sus clientes. “Nuestra empresa no cuenta con una lista de productos de línea, sino que disponemos de 1,500 formulaciones de distintos grados de Elastómeros, de las cuales se fabrican alrededor de 450 por mes, de manera que nos enfocamos a entender a nuestros clientes para ofrecerles productos de acuerdo a sus necesidades y con precios competitivos”.

USP cuenta con oficinas de representación en México, pero a mediano plazo tienen planes de colocar una planta productora en nuestro país, ya que el nivel de crecimiento en ventas que han presentado es de 40% anual, lo cual justifica la inversión.

La firma trabaja con la industria automotriz, además, con la de electrodomésticos, la de higiene (cepillos dentales, rastrillos), la de herramientas (mangos y agarre), y con el sector electrónico, así como por la demanda cada vez mayor de aplicaciones poco comunes que necesitan de estos materiales.

Como parte de su labor, USP ofrece asistencia técnica para el desarrollo de aplicaciones. Cuentan con un staff de técnicos que apoya a sus clientes, desde la elección correcta de los materiales, hasta la parte técnica del uso de la resina.

De acuerdo con Nowinski, el principal desafío que enfrenta el mercado de TPE en la actualidad es el de la intensa competencia; pero en relación con las oportunidades, señala la necesidad de invertir en diseño e innovación: “La mayoría de los transformadores que utilizan TPE en México, fabrican productos que ya existen en el mercado. Falta mucha innovación en la creación de aplicaciones. Como proveedores, nosotros podemos apoyar con el abasto de materias primas especiales, como es el caso del TPE transparente, que es un grado que nadie más fabrica en el mundo y que fue diseñado a petición de un cliente de Estados Unidos”.

Nowinski exhorta a los transformadores: “No tengan miedo en competir con productos de alta calidad e ingeniería. No tengan miedo de usar resinas de alto costo y desempeño para productos innovadores. Es necesario desarrollar productos de calidad con ingeniería y diseño innovador, donde el tema del costo de la materia prima no pese. Solo así será posible mantenerse en el mercado”.

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