De acuerdo con Philippe Lazerme, jefe de marketing en la Unidad de Negocio de Pigmento de Clariant, el objetivo principal de la «economía circular» es que los plásticos nunca deben terminar como un desperdicio.
Esta optimización de recursos, asegura el directivo, se puede lograr de diferentes maneras: desde el diseño adecuado del artículo, la recolección y clasificación eficiente de los diversos polímeros, hasta el reciclaje y la reintroducción en un nuevo ciclo de vida. Además, está el uso de polímeros biodegradables, que ofrece más posibilidades.
Las principales compañías de bienes de consumo y productores de envases que representan más del 20% del mercado mundial, se comprometieron a que el 100% de sus productos sean reutilizables, reciclables o compostables para 2025. Ante este panorama, el color, en el sector de embalaje, jugará un papel clave, pero la selección de los colorantes será crucial.
A decir del especialista en los segmentos de plásticos, la tarea es crear envases atractivos, que mejoren la imagen de la marca, proporcionen una diferenciación y que puedan reutilizarse adecuadamente como resina para nuevos productos.
“Dependiendo de la tecnología de reciclaje (mecánica o química), la elección del colorante será diferente. El diseñador necesita saber a qué pasos de procesamiento se enfrentará el artículo, no solo para su producción sino también para su tiempo después del uso”.
Dado que los propietarios de marca incorporarán cantidades significativas de reciclados en sus procesos de manufactura, según refiere Philippe Lazerme, el desafío para lograr colores brillantes y atractivos será la coincidencia de colores más rápida y fácil con resinas recicladas o la creación de una gama de pigmentos que pueda soportar varios ciclos de reciclaje sin descomponerse y permanecer seguro para futuras aplicaciones.