El plástico ha vuelto la vida diaria más segura, más limpia y práctica, pero la mala gestión de los desechos ha provocado un serio problema ambiental. Ahora, científicos investigan el potencial de la energía nuclear para utilizarse en la mejora del reciclaje de plásticos.
De acuerdo con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el mundo generó 400 millones de toneladas de residuos plásticos en 2024, pero de esta cifra sólo se recicló el 9%, el resto, lamentablemente terminó como basura en vertederos o, peor aún, en los océanos, contribuyendo al problema de los microplásticos y afectando ecosistemas marinos.
NUTEC Plastics: la iniciativa que une energía nuclear y sostenibilidad
Para revertir esta tendencia, el OIEA puso en marcha en 2021 la iniciativa NUTEC Plastics, que aprovecha las técnicas nucleares para estudiar y mitigar la contaminación por plásticos. Este programa ayuda a los países a rastrear microplásticos en el mar y a mejorar los procesos de reciclaje mediante radiación, reduciendo así los residuos que llegan a los océanos.
La ciencia nuclear ofrece soluciones innovadoras en todo el ciclo de vida del plástico, desde su producción hasta su reutilización. Dado que el 80% de la contaminación marina proviene de fuentes terrestres, las acciones en tierra firme resultan esenciales.
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Dos enfoques con tecnología de radiación
Actualmente, la IAEA trabaja en dos líneas principales:
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Desarrollo de plásticos sostenibles
La radiación se utiliza para crear bioplásticos biodegradables y reciclables, una alternativa más limpia a los materiales derivados del petróleo. Este enfoque reduce la dependencia de combustibles fósiles y fomenta la economía circular, convirtiendo los desechos orgánicos en nuevos recursos. -
Transformación de residuos en materiales de alto valor
Mediante radiación, los desechos plásticos pueden convertirse en productos más duraderos y resistentes, como compuestos para construcción o aditivos industriales. También se ha comprobado que la radiación mejora la clasificación y separación de polímeros, y que la pirólisis asistida por radiación puede transformar plásticos en ceras, combustibles o químicos reutilizables.
¿La radiación hace peligrosos estos materiales?
Ahora bien, una de las principales preguntas que surgen entre el público en torno a la utilización de radiación es: ¿qué tan seguro es? De acuerdo con la investigación, absolutamente seguro.
De hecho, se considera una forma de “química verde”, ya que no requiere productos químicos tóxicos ni condiciones extremas de temperatura o presión. La radiación solo actúa durante el proceso y no permanece en el material tratado, del mismo modo que una radiografía no deja radiación en el cuerpo. El resultado son productos seguros, eficientes y respetuosos con el medio ambiente.
Actualmente, 52 países colaboran con el OIEA en proyectos que integran tecnología nuclear en el reciclaje de plásticos. Nueve de ellos participan como países piloto, avanzando en la escala internacional de madurez tecnológica (TRL), que mide el progreso desde el laboratorio hasta la comercialización.
Los resultados ya son visibles:
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Indonesia y Filipinas: desarrollan compuestos de madera y plástico para construcción sostenible.
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Malasia: transforma residuos plásticos en combustibles.
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Argentina: fabrica traviesas ferroviarias recicladas que superan pruebas de durabilidad.
Estos proyectos representan una prueba de progreso: tecnologías que combinan ciencia nuclear, sostenibilidad y economía circular. El OIEA prevé que varias de ellas entren en fase de implementación a gran escala el próximo año.
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