Ante el acelerado crecimiento de la energía solar en México, un grupo de empresas del sector ha creado Rafiqui, la primera recicladora de paneles solares en el país. Esta iniciativa busca minimizar el impacto ambiental de los paneles cuyo ciclo de vida ha terminado o que deben retirarse prematuramente, recuperando materiales valiosos y promoviendo prácticas sostenibles.
Rafiqui es un proyecto sin fines de lucro que, en su fase inicial, tendrá la capacidad de procesar hasta 1,000 toneladas anuales de paneles solares en desuso, contribuyendo significativamente a la economía circular. La misión de este proyecto es clara: reducir la huella de carbono y fomentar un reciclaje adecuado dentro del sector solar.
Según Ximena Cantú, directora de Rafiqui y ESG Officer de Energía Real, «Nuestro objetivo es enfrentar el desafío de los paneles de primera generación que ya no tienen reemplazo o provienen de instalaciones no reguladas, lo que convierte el sistema en inservible. Con Rafiqui, buscamos darle una segunda vida a esos materiales y hacer que la energía solar sea aún más sostenible».
El desafío del reciclaje de paneles solares en México
Un informe de 2016 de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) estimó que el 7% de los paneles a nivel mundial se retiran prematuramente, antes de cumplir su vida útil de 25 años. En México, se espera que para el 2030 se generen 30,000 toneladas de paneles solares retirados anticipadamente, además de 6,500 toneladas que alcanzarán el final de su ciclo de vida natural.
También lee: Helmut Bacher: pionero del reciclaje de plásticos y cofundador de Erema Group
A nivel global, los materiales recuperados de estos paneles tendrían un valor aproximado de 450 millones de dólares para 2030, suficientes para fabricar 60 millones de nuevos paneles solares. Con estas cifras, Rafiqui se posiciona como una solución clave para evitar que estos residuos impacten negativamente al medio ambiente.
Un proyecto colaborativo por un futuro más verde
Santiago Villagómez, CEO de Energía Real y miembro del consejo de Rafiqui, destacó: «Rafiqui es el comienzo de un cambio necesario en la industria energética mexicana. Este proyecto muestra el poder de la colaboración para lograr objetivos comunes de sostenibilidad».
Además de sus actividades de reciclaje, Rafiqui busca donar paneles solares con eficiencia residual a comunidades vulnerables, ampliando el acceso a la energía limpia y apoyando los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Un llamado a la industria solar
Isabel Studer, Presidenta de Sostenibilidad Global y miembro del consejo de Rafiqui, hizo un llamado a las empresas del sector para sumarse a esta iniciativa: “Necesitamos más aliados que se comprometan con el reciclaje responsable de paneles solares. Juntos, podemos acelerar la transición hacia una economía circular, reducir nuestra huella ambiental y llevar energía limpia a quienes más lo necesitan”.
Entre los miembros fundadores de Rafiqui se encuentran empresas líderes del sector como Beetmann, Bright, Energía Real, Engie, Longi, Solfium, entre otras. También se han sumado instituciones clave como la Agencia de Energías Renovables de Nuevo León y la Embajada Británica, quienes aportarán su experiencia y recursos para consolidar el éxito del proyecto.
Segunda fase: reciclaje de litio
La siguiente etapa de Rafiqui estará enfocada en el reciclaje de litio, un mineral crítico en la producción de baterías para sistemas de almacenamiento de energía. Este proceso permitirá recuperar materiales valiosos y contribuir a la conservación de recursos naturales, alineándose con la tendencia global hacia un sistema energético más sostenible.
«Con Rafiqui, estamos dando un paso crucial hacia una economía circular en el sector solar. El reciclaje de paneles solares y baterías es esencial para garantizar un futuro más limpio y eficiente», concluyó Ximena Cantú.