En el complejo panorama empresarial actual, la responsabilidad ambiental se ha convertido en un imperativo moral y económico para las grandes compañías de alimentos.
Mi experiencia en una empresa líder, con más de 100 años de historia, me ha enseñado que la respuesta es clara: la sostenibilidad y la innovación deben ser pilares fundamentales de la estrategia empresarial, uniendo objetivos financieros y de sostenibilidad para ejecutar estrategias de alto impacto.
Conscientes de que no existe una receta única para la sostenibilidad, hemos abrazado la innovación como herramienta para enfrentar el reto de una cadena circular y sostenible, abordando el crucial desafío del reciclaje de envases y materiales de más de 1,500 productos.
También lee: Normalización en la industria del plástico: ¿qué son las NOMS, las Normas Estatales y los estándares?
Desde envases hasta etiquetas, frascos de vidrio y latas de aluminio, cada material presenta sus propios desafíos técnicos y logísticos. Esta diversidad exige soluciones innovadoras y una adaptación constante de las prácticas de reciclaje y reúso.
Colaboración efectiva para una economía circular
La colaboración estrecha con proveedores y socios es clave para garantizar un reciclaje eficiente y responsable de cada material. En una cadena de desarrollo sostenible, los residuos se perciben como recursos valiosos. Desde el plástico reciclado en nuevos envases hasta el papel reutilizado en embalajes, los residuos pueden ser piezas fundamentales en la creación de una economía circular y sostenible.
Al integrar prácticas de reúso, reciclaje y compostaje en sus operaciones, las empresas no solo pueden reducir su impacto ambiental, sino también generar valor económico y contribuir al bienestar de las comunidades donde operan.
Trabajando con marcas icónicas y tradicionales, el reúso se ha convertido incluso en parte de la cultura popular. Un claro ejemplo son los vasos de mole Doña María, que han pasado de ser un envase para un producto a un elemento cotidiano en muchas familias del país.
De igual forma, los envases de mayonesa se han vuelto tradicionales en los puestos de venta de elotes y otros platillos callejeros. Más allá de anécdotas, estos son ejemplos de un buen diseño para la economía circular que se integra orgánicamente en la vida de las personas.
Sostenibilidad en el diseño de empaques
Considerar el diseño sostenible de los productos desde su inicio es fundamental para garantizar un impacto ambiental mínimo a lo largo de su ciclo de vida. La elección de materias primas adecuadas es un paso crucial en este proceso, ya que puede influir significativamente en la huella ecológica del producto final.
Con orgullo, Grupo Herdez puede afirmar que el 98% de sus empaques son reciclables, un logro que refleja su compromiso con la sostenibilidad desde el diseño conceptual hasta la producción. Además, en el año 2023, la compañía utilizó más de 120 mil toneladas de materiales reciclables y/o reutilizables en sus empaques, demostrando su dedicación a cerrar el ciclo de vida de sus productos.
Pero el compromiso de Grupo Herdez con el reciclaje va más allá de sus propias operaciones. Con el 97.2% de su material de empaque proveniente de proveedores nacionales, la compañía no solo fortalece la economía local, sino que también reduce su impacto ambiental al disminuir las emisiones asociadas con el transporte de materiales.
Más allá de las cifras, lo que distinguirá a las empresas verdaderamente comprometidas con el medio ambiente y la sostenibilidad es su enfoque en la innovación y el diseño de empaques, sin importar el material de origen. Es posible construir un futuro en el que las empresas puedan prosperar sin comprometer los recursos naturales del planeta. Con determinación y trabajo duro, estamos seguros de que podemos lograrlo.