Dieter Rams personifica el racionalismo y funcionalismo alemán en estado puro. Ideó televisiones, radios, calculadoras, electrodomésticos, proyectores de diapositivas, cafeteras, mobiliario de oficina… Con su discreción y honestidad inspiró las formas minimalistas de Apple y las de los elegantes diseñadores japoneses, siempre con un toque de filosofía zen.
Dieter Rams nació en Wiesbaden, Alemania, en 1932. Se le venera como a uno de los diseñadores industriales más importantes de la historia. Se cuenta que los trabajos de Rams encuentran inspiración originaria en los trabajos de su abuelo, que era carpintero. Con los años, Rams se convirtió en un protegido de la Escuela de Diseño de Ulm (sucesora de la Bauhaus), de la mano con ilustres creadores como Hans Gugelot, Fritz Eichler y Otl Aicher.
Si observamos con detenimiento en cada uno de nuestros hogares, a lo mejor podemos hallar huellas de sus ideas estéticas. No hay que olvidar que pergeñó más de 500 diseños en los 50 años que dedicó Rams a su vida profesional (sigue en activo).
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Como se sabe, trabajó como jefe de diseño en la empresa alemana Braun por más de 34 años, desde 1955 hasta 1998, convirtiéndose en uno de sus diseñadores más prestigiosos del mundo y en un claro referente de lo que significa la identidad de marca.
Además, concibió cientos de productos que convirtieron a la empresa en un ícono que influyó decididamente en el diseño industrial de los productos de casi medio siglo, con el empleo de nuevos materiales, como el plástico, que aparece en buen número de proyectos suyos.
Rams fue una figura clave en el renacimiento del diseño Funcionalista alemán (la Gute Form), decisiva en los años 50 y 60, donde cultivó su lema: «Weniger, aber besser» o «menos, pero mejor» (o mejor ejecutado). Él se reconoce como sucesor de la Bauhaus y precursor de la escuela de diseño de UIm (HfG UIm).
Está convencido de que el mejor diseño sólo se puede alcanzar a partir del trabajo en cooperación, con un buen equipo humano en el departamento de diseño de las empresas. Aparte de su trabajo en Braun, también trabajó para la marca británica Vitsoe, un fabricante pequeño de muebles de diseño, donde desarrolló una estantería, una silla y una mesa auxiliar de plástico (Vitsoe 606, Vitsoe 620 y Vitsoe 621 respectivamente) en los años 60, que se sigue vendiendo.
A pesar de su edad, Rams continúa todavía en activo, realizando de cuando en cuando algunos trabajos para Vitsoe.
Se sabe ahora que sus creaciones inspiraron y desembocaron en algunos productos emblema de Steve Jobs, como el iPhone. De hecho, Jonathan Ive, diseñador en jefe de Apple, ha reconocido públicamente la clara influencia de Rams, así como otros eminentes diseñadores japoneses.
Es suya la concepción estética del diseño aplicada a los productos de consumo de la sociedad de masas.
Por lo pronto, este respetado y veterano diseñador industrial lleva recibiendo premios desde la década de los 60 del siglo pasado. En la última época, recibió en el 2003 el Design Award ONDI por su especial contribución a la industria del Diseño y cultura mundial en el año 2003; fue galardonado con el premio del diseño de la República Federal de Alemania por su trayectoria profesional en el 2007, cuando también obtuvo el premio Lucky Strike por la Fundación Raymond Loewy.
Muchos de sus diseños como cafeteras, calculadoras, exprimidores, radios, productos del mundo audiovisual, electrodomésticos de consumo y objetos de oficina, han encontrado un sitio en infinidad de museos del mundo. Su enfoque característico centra al usuario en sus diseños. Por lo mismo, incorpora códigos de color y ergonomía.
Fruto de su carrera, elaboró un Decálogo del Buen Diseño, en el que aboga por la simplicidad al momento de diseñar:
Los 10 principios del buen diseño
- El buen diseño es innovador: Las oportunidades que brinda el acelerado desarrollo tecnológico hacen difícil madurar todas las posibilidades a la hora de innovar.
- El buen diseño hace a un producto útil: La prioridad de un producto es su utilidad. El diseño debe ser práctico, más allá de satisfacer criterios psicológicos y/o estéticos.
- El buen diseño es estético: la buena ejecución de un producto no debe dejar de lado a la belleza.
- El buen diseño hace a un producto comprensible: de hecho, simplifica la estructura del producto para dejar patente su función mediante la simple intuición del usuario.
- El buen diseño es honesto: es decir, no intenta engañar sobre el verdadero valor, utilidad e innovación del producto.
- El buen diseño es discreto: Todo producto y su diseño debe de ser neutro y sobrio.
- El buen diseño tiene una larga vida: las modas son pasajeras y subjetivas. Un buen diseño y su perfecta ejecución crean productos útiles y atemporales.
- El buen diseño es consecuente en sus detalles: el buen diseño nunca deja nada al azar. Todo debe ser cuidado y diseñado bajo la exhaustiva precisión de cada detalle, y con respeto para con los consumidores. De ahí que cada error sea una falta de respeto.
- El buen diseño cuida el medio ambiente: un buen diseño debe de contribuir a la preservación del medio ambiente mediante la conservación de los recursos y la minimización de la contaminación física y visual durante el ciclo de vida del producto.
- El buen diseño es un diseño en su mínima expresión: Aquí diferencia entre el habitual paradigma: «Menos es más» y recomienda, en su lugar: «Menos, pero con mejor ejecución». Así, Rams propicia los aspectos fundamentales de cada producto y evita todo aquello que sale sobrando. El resultado es un producto de mayor simplicidad.
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