Los gobiernos del mundo se preparan para gestionar los procesos económicos y de trabajo en la llamada Nueva Normalidad, pero las afectaciones en la oferta y la demanda por COVID-19 no se han solucionado por completo. En economías como la mexicana, hacer frente a estas problemáticas será fundamental para generar competitividad e impulsar el trabajo formal.
Los impactos en las cadenas globales de valor: el Just-In-Time, el tener a tiempo los componentes e insumos para el proceso productivo, y el Just-in-Sequence, el que los insumos y componentes estén en la secuencia correcta, definirán el curso de la economía global en los próximos años, asegura Ernesto Acevedo Fernández, subsecretario de Comercio, Industria y Competitividad de la Secretaría de Economía.
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Durante su participación en el LII Foro Nacional de la Industria Química, el funcionario, en representación de Graciela Márquez Colín, secretaria de economía, explicó que, aunque México fue uno de los países que, en la cadena de transmisión del virus, estuvo rezagado, las industrias mexicanas resintieron desde los primeros momentos las complicaciones en Asia, pues, debido a la contingencia sanitaria, el puerto de Malasia, el cual nutre a la industria Automotriz, entre otras, se vio obligado a cerrar.
Cabe señalar que las medidas de confinamiento y el distanciamiento social llevaron a un importante segmento de la población a realizar sus labores desde su casa, por lo que, además del Just-In-Time y el Just-in-Sequence, la tecnología también representa, desde entonces, un reto frente a la pandemia de COVID-19.
¿Qué ha pasado en México en los últimos meses?
En el periodo enero-julio, el Indicador Global de la Actividad Económica registró una contracción de 10.1%, comparado con los mismos siete meses del año 2019. El mayor impacto de la pandemia, de acuerdo con Ernesto Acevedo, se reflejó en las actividades secundarias. La industria de la Construcción, por ejemplo, redujo en un 21.2%, “colapso que marca un récord histórico”.
El funcionario informó que las manufacturas cayeron a una tasa anual de 15.1% y, sobre este punto, desglosó lo que ha sucedido al interior de dicho sector: En el caso de la industria del Calzado y Textil, colapsaron a tasas superiores al 40%; en el caso del equipo de transporte, una actividad asociada directamente con el sector automotriz y aeroespacial, y, por supuesto, con la fabricación de equipo de transporte especializado para tranvía, cayó a una tasa de 32.3% en el periodo enero-julio, comparado con los mismos siete meses del año 2019.
El portavoz de la Secretaría de Economía también acentuó la caída de 16.6% en las exportaciones totales en el periodo enero-agosto de 2020 e hizo hincapié en los retos del mercado interno y del comercio exterior. “Si bien hay una recuperación desde finales de julio, ésta todavía es incipiente y llevará varios meses recuperar los niveles que tenía la economía mexicana a finales del 2019”.
Medidas preventivas
Al margen de los desafíos económicos, la pandemia de COVID-19 pone en riesgo la salud de los trabajadores, por lo que, parte de la Nueva Normalidad debe estar integrada de hábitos sanitarios implementados dentro de las mismas compañías.
Como indica el subsecretario, las medidas preventivas que adopten las empresas no solamente protegerán al trabajador, sino que fortalecerán la economía nacional, puesto que las acciones para la prevención del COVID-19 garantizan la continuidad en los procesos productivos de todas las actividades formales.
Una actividad en la categoría esencial
La industria química es un componente esencial en toda la economía. Su contribución al PIB, de 1.3%, puede parecer menor con proporción a todo el Producto Interno Bruto, sin embargo, los elementos químicos son clave para dimensionar prácticamente a toda la cadena productiva.