Personal sanitario, un protagonista frente al COVID-19

Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) designó el 7 de abril como la fecha para conmemorar el Día Mundial de la Salud, no imaginó que en pleno siglo XXI un virus: el COVID-19, se propagaría con tal rapidez que en pocas semanas afectaría a más de un tercio de la humanidad.
Además de elegir esta fecha para la efeméride, el propósito de la OMS era escoger cada año una temática basada en las sugerencias de los estados miembros.
Este año 2020 el consenso fue sencillo: “apoyar a enfermeras y matronas en su función de prestar servicios de salud”.
Sin embargo, la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19 ha sido responsable de un alto contagio en los profesionales de la salud, por lo que hoy los protagonistas para esta fecha son el colectivo de matronas, enfermería y auxiliares de enfermería.

Un desafío pandémico

La escasez de profesionales sanitarios y el colapso en los hospitales provoca situaciones extremas como el llamado a la colaboración a estudiantes o profesionales ya jubilados, a ejercer su labor diaria en hospitales improvisados, donde se carece de medios humanos y materiales, como fármacos y equipos de protección individual (EPIs).
Ante este panorama, una vez más la digitalización adquiere una importancia en los procesos asistenciales, como la autoevaluación mediante plataformas web o aplicaciones móviles que hacen posible un cribado masivo de pacientes para evitar el uso innecesario de los centros de salud y las unidades de urgencias.
En paralelo, la teleasistencia permite a los pacientes mantener el contacto con los profesionales sanitarios, especialmente en casos de contagiados por COVID-19 con síntomas leves o moderados, como solicitar medicinas a través de la receta electrónica.

Cuidados intensivos

Los pacientes contagiados con COVID-19 están aislados y el personal de enfermería debe evitar, en la medida de lo posible, y sin poner en riesgo la evolución del enfermo, el número de entradas a sus habitaciones en los hospitales.
Por ello, el hecho de que monitores, respiradores y las bombas de infusión vuelquen sus datos de forma directa en el HCE (Historial Clínico Electrónico) del paciente, evita que los enfermeros y enfermeras entren constantemente en las habitaciones para consultar y anotar dicha información.
Sin duda, el siguiente paso y deseo común de todos es frenar la pandemia, volver a la normalidad y que el próximo 7 de abril de 2021 celebremos la existencia de la vacuna y podamos olvidar la terrible crisis que el coronavirus supuso para el mundo.
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