Amo este envase, este otro no

Algunas personas, aseguran que primero ven el producto y posteriormente el embalaje. Sin embargo, la realidad es otra. A primera vista, lo que la gente registra al entrar al supermercado es la variedad de envases: estilos, colores,… y pocas veces –o nunca–, se pregunta ¿cómo llegó al anaquel?

En el marco del 1er Encuentro de Socios AMEE, Hiram Cruz Cortés, director general de la asociación, destacó la importancia que tienen tanto el envase como el embalaje en toda la cadena de suministro y, bajo ese contexto, respondió a los asistentes del evento tres preguntas claves:

¿Es difícil encontrar envases con enfoque de marketing y preocupación por el medio ambiente?

No basta que sean reciclables. Respecto al tema, lo encontramos desde que se fabricó la primera botella y se empezó a tratar para un segundo uso. La estrategia es desarrollar canales de comunicación con fabricantes, áreas de comercialización y usuarios. Esto, a través de alianzas con asociaciones, como la Anipac. Actualmente, tenemos un proyecto interesante con Walmart, para difundir y poder comunicar a sus proveedores este plan.

¿Existen empresas en México que incluyan el internet de las cosas (IoT) en sus productos?

Recibimos llamadas de algunas compañías interesadas en la implementación de esta tecnología. Se busca la trazabilidad de producto: rastreo y seguimiento. Todas empiezan con el código de barras y pasan, posteriormente, a un sistema operativo más complejo.

¿Hasta dónde se debe elevar el costo de los envases?

Si hablamos de productos de alto consumo, como alimentos, el porcentaje de lo que representa tiene que ser mínimo: 5 o 10%, para cubrir costos de operación, mercadotécnica, distribución, entre otros.
No obstante, cuando hablamos de productos como la botella de un tequila artesanal, el aumento es mucho mayor. Queda entonces que el valor es relativo y tenemos que encontrar el equilibrio en seguridad y costo.

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